Sobre lo comunitario capitalista

«A primera vista, el mundo parece una multitud de soledades amuchadas, todos contra todos, sálvese quien pueda, pero el sentido común, el sentido comunitario, es un bichito duro de matar. La esperanza todavía tiene quien la espera, alentada por las voces que resuenan desde nuestro origen común y nuestros asombrosos espacios de encuentro.

Yo no conozco dicha más alta que la alegría de reconocerme en los demás. Quizás ésa es, para mí, la única inmortalidad digna de fe. Reconocerme en los demás, reconocerme en mi patria y en mi tiempo, y también reconocerme en mujeres y hombres que son compatriotas míos, nacidos en otras tierras, y reconocerme en mujeres y hombres que son contemporáneos míos, vividos en otros tiempos.

Los mapas del alma no tienen fronteras»

Eduardo Galeano (Jornada, s. f.).

¿De qué habla Eduardo Galeano? Habla de nuestros días, de la manera en que vivimos y del empeño de vivir en medio de las condiciones que se van fraguando con el trabajo. El trabajo humano es una praxis colectiva y común, es construcción desde y de comunidad. Entonces, la comunidad no es una cosa que existe antes o por fuera de la acción colectiva humana, no es un dato sino un producto-productor. La manera en que vivimos es producto del trabajo humano. La vida que vivimos y la comunidad son productos del trabajo colectivo y común.

Nacemos en una vida comunitaria que viene andando y nos han enseñado a suponer es así desde siempre. Aún más, suponemos que así es aquí y allá. Pero, esas suposiciones forman parte de una manera de vivir y, por lo tanto, son productos del trabajo humano, del trabajo de humanos concretos, materiales y específicos. Hay unos humanos que dicen (producto del trabajo): hay UNA manera de vivir que así ha sido desde que «su dios» la hizo (otro producto del trabajo humano).

Aquí y ahora vivimos en condiciones históricas específicas que son productos del trabajo humano y que se presentan como únicas, eternas y universales. Aún más, son productos de un tipo específico de modo de producir: el modo capitalista. En el modo capitalista de producción se dice que hay UNA ÚNICA UNIVERSAL Y ETERNA forma de vivir. Aquí y ahora vivimos en relación con el modo capitalista de producción, rodeados y enfrentados, confrontados con él.

El modo capitalista de producción nos hace suponer que somos una multitud de individuos que, en su autonomía, libertad y privacidad, se enfrenta para obtener beneficio particular y que esa multitud enfrentada para sobrevivir cada quien con lo suyo (los suyos) es lo que se conocerá como comunidad.

La comunidad específica y particular del modo capitalista de producción es posible porque se soporta en cosas inmateriales (el valor y sus formas: beneficio, ganancia, interés, dinero y capital) que le dan existencia a las cosas materiales. El lugar que determina la forma en que se vive en ese modo capitalista de producción es el «mercado».

En el mercado todo es porque, en el modo de producción capitalista, se convierte en mercancía, en cosas que se producen para el intercambio porque parecen tener valor propio. Intercambio que sustenta la realización del valor. Valor que mágicamente parece incrementarse en el intercambio en el mercado, a la espalda del trabajo humano, haciéndose mayor, plus valor. Plus valor que en su movimiento, en forma de dinero, se transforma en capital (Marx, 2007).

Este mundo del modo capitalista de producción se presenta como la realidad de las cosas concretas, como la materialidad de la vida. Las cosas producidas por la acción humana o por la acción de la madre Tierra, la Pachama, poseen valor en sí mismas. Los seres humanos tienen valor, los vientos tienen valor, las plantas tienen valor, las aguas tienen valor, los animales tienen valor, los fuegos tienen valor, los sueños tienen valor, las ideas tienen valor… En tanto tienen valor se encuentran en el mercado, se venden-compran según su precio. Se hacen reales cuando pasan por el mercado.

Esta forma de comunidad, lo comunitario del capitalismo, es eso: una forma particular, un tipo específico, una manera histórica, un modo singular de un grupo de seres humanos, una clase social en el modo capitalista de producción: los capitalistas. Entonces vivimos en una forma capitalista de comunidad que se nos aparece como UNA ÚNICA UNIVERSAL Y ETERNA. En relación con ella, las otras formas de producción son calificada como secundarias, equivocas, subordinadas, parciales y limitadas. Entonces, el modo de vida capitalista se presenta, se impone, como la única vida. Esa mistificación del capitalismo hace creer que esa condición histórica es eterna, esa particularidad es universal, esa manera es única y ese modo es uno (Mészáros, 2011).

Referencias

Marx, K. (2007). El capital: Crítica de la economía política. Libro I, II y III. Akal.

Mészáros, I. (2011). Estructura social y formas de conciencia. Volumen I: La determinación social del método. Ediciones de la  Presidencia y la República y Monte Ávila Editores Latinoamericana.

Jornada, La (s. f.). Eduardo Galeano: “El sentido comunitario de la vida es la expresión más entrañable del sentido común”. Recuperado 28 de abril de 2022, de https://www.desdeabajo.info/mundo/item/13211-eduardo-galeano-%E2%80%9Cel-sentido-comunitario-de-la-vida-es-la-expresi%C3%B3n-m%C3%A1s-entra%C3%B1able-del-sentido-com%C3%BAn%E2%80%9D.html

 


Comments are disabled.